Debes con
dignidad soportar la vida,
tan sólo lo mezquino lo hace pequeña;
los
mendigos te podrán llamar hermano,
y tú puedes sin embargo ser un
rey.
Aunque el divino silencio de tu frente
no lo interrumpa dorada
diadema,
los niños se inclinarán en tu presencia,
los entusiastas te
mirarán atónitos.
A ti los días de rutilante sol
te hilarán rica
púrpura y blanco armiño,
y, con pesares y dichas en sus manos,
de rodillas
ante ti estarán las noches...
Rainer María
Rilke
(Praga, 1875 -
Suiza, 1926)
Como morar no centro de São Paulo
Hace 5 años


No hay comentarios :
Publicar un comentario