*Divinidades romanas del destino
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Dadme un verano solamente y un otoño
para que el canto me madure -¡oh, poderosas!-
Cuando se sacie de estos juegos, más conforme
el corazón podrá morírseme en el pecho
Alma que en vida no cumplió su ley divina
no halla reposo ni del Orco en las honduras.
Pero si al fin logro plasmar lo sacrosanto
que llevo dentro de mi ser, la poesía,
¡oh bienvenido sea mundo de las sombras!
He de sentirme satisfecho, aunque la lira
no me acompañe... Una vez sola habré vivido
como los dioses. Y no preciso nada más.
Autor: Friedrich Hölderlin (1770-1843)
(Poeta alemán) Versión de: José Vicente Álvarez
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