Con el tesón en las paredes de la humedad,
se reiteraba el milagro en la postrada ciudad,
irremediable como los versos que reza el tango.
Con los semáforos y su más eterna indecisión,
con las dudas del billete y su mentira inoportuna,
el dial hería con noticias, y en clave de luna,
soltaron letra y música los trastos de cocina,
que de tantos estofados contaban sus anales,
que de tantos estafados guisaron compasión.
Se multiplicaría en sabio metal la percusión,
para que así, quizás los peces, quizás los panes.
Taxi ocioso espectador del letrero calcado
en luminosos discursos durante años neón,
ahora, d
e
r
rumbre de época, sí, señor.
El diario de ayer nunca entonces fue más viejo,
y dolía como el día en que el mal clavó un cero,
y al perfil del emporio caló en dos truenos.
Pues no es heroica la vida por rayar la muerte,
como lo es por hacer digna para todos su suerte.
Por Piaconecta
piaconecta@hotmail.com
Fecha de elaboración: 02/02/2002
Crisis: Argentina. Diciembre 2001.
Fecha última corrección: 13/12/2013
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