No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre,
que cada cosa cruel sea tú que vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil,
no seas caricia ni guante;
tálame como un sílex, desespérame.
Julio Cortázar (1914-1984)
Sí, el mismo de Rayuela.
Como morar no centro de São Paulo
Hace 5 años
1 comentario :
Esto es un pequeño gran poema.
Publicar un comentario