GIRA GIRASOL

Cuentan que un girasol amaba a la tierra.
Pero no cuentan que el girasol un día,
marchito estaba y nadie por qué sabía.
La espléndida tierra, ofuscada de celos,
y temiendo que en la esfera solar,
la rubia corola de su amado se clave,
se tornó una tromba de oscuridad,
como una polvareda que la luz devoró.
Llena de encono y aún no satisfecha,
se volvió tan impenetrable y densa,
que impidió el paso del agua fresca,
en oasis de lluvia para su sed inmensa.
La tierra era todo para su florido girasol.
Pero sin luz ni agua, seguir vivo no podía.
¡Torpe tierra! Su desvarío al amor demolía.
Retorciéndose, con deshidratado sentimiento.
Resquebrajándose, con desnutrido sufrimiento.
Sin aliento, el girasol seco finalmente yacía.
Y todos los pueblos oyeron el grito de la tierra.
Su dolor la sumió en la más honda agonía;
algunos murmuran que de amor se moría.
Y tristes a la temporada llegaron los días,
hasta que nada otra vez brotó en su seno,
y el vivir ya no soportó su corazón de cieno,
que se volvió estéril, inhóspito y muerto.

Ambos ahora eran sólo polvo, inerte y sin vida.
La nada los unía, pues nada de amor saben los celos.


Por Piaconecta
piaconecta@hotmail.com

Fecha primera elaboración: 1997-1998
Fecha segunda elaboración: 12/04/1999
Fecha última corrección: 06/12/2013